domingo, 11 de junio de 2017

El matrimonio en el siglo XIX

CASA DE MUÑECAS

El otro día fuimos a la representación teatral de la obra “Casa de muñecas”. Su nombre viene dado por la fuerte crítica a las normas matrimoniales del siglo XIX. Está considerada una de las primeras obras feministas, puesto que le da poder al papel de la mujer dotándola de la capacidad de decidir sobre su vida y haciéndola así libre.

(SPOILERS)

“Casa de muñecas”, describe la situación familiar, en la que se encuentra Nora Helmer, la protagonista, y de la cual intenta salir: un hombre la está buscando para chantajearla por un préstamo que ella pidió en secreto años atrás, por lo que Nora debe ocultarlo a toda costa a Torvaldo, su marido. Cuando el problema sale a la luz, descubre que su marido, en el fondo, no la considera más que un objeto de su propiedad, teniendo como consecuencia un desenlace inesperado que supone un giro radical de la trama al final de la obra. En la cual, ella decide irse de la casa y abandona a sus tres hijos.

La mejor parte de la obra (al menos para mí) se origina cuando reciben la noticia de que el Dr. Rank amigo de Torvaldo y Nora, a quien le consideran parte de la familia, ha tomado la decisión de retirarse para morir en soledad, lejos de la compañía de sus amigos. Nora se muestra desolada (realmente le apreciaba) pero Torval lo ignora, restándole importancia y persiste en su intento de pasar la noche con Nora. Esta al descubrir la indiferencia de su marido por un amigo al que se suponía que quería, decide revelarle la verdad acerca de la carta y el enorme sacrificio que había hecho por él.

Cuando Torval se entera entra en cólera mostrando su verdadera cara y personalidad, sorprendiendo a Nora y haciéndole despertar de la fantasiosa realidad en la que creía vivir: Una familia perfecta y un marido que la ama por encima de todo (ya hemos comprobado que no era verdad). Nora, reacciona con rebeldía y decisión demostrando valer más que su esposo y merecerse algo mejor. Se da cuenta, de que siempre ha sido un objeto más de la colección de un hombre superficial, hipócrita y egoísta, preocupado por las apariencias más que por las relaciones humanas. Finalmente, y como punto cumbre de la obra, Nora se atreve a irse, abandonando a su familia para tratar de encontrar el lugar que le corresponde en su propia vida, como dueña de esta.


“¡Este es precisamente el caso! Tú no me has comprendido nunca... Han sido muy injustos conmigo, papá primero, y tú después.—¿Qué? ¡Nosotros dos!... Pero ¿hay alguien que te haya amado más que nosotros?—Jamás me amaron. Les parecía agradable estar en adoración delante de mí, ni más ni menos. Cuando estaba al lado de papá, él me exponía sus ideas, y yo las seguía. Si tenía otras distintas, las ocultaba; porque no le hubiera gustado. Me llamaba su muñequita, y jugaba conmigo como yo con mis muñecas.”




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