domingo, 11 de junio de 2017

El despertar del bicho

LA METAMORFOSIS


 ¡Hola de nuevo, en otra entrada más! Es de las últimas del curso y de las poquitas que quedan por hacer, así que me esforzaré en hacerlo lo mejor posible.
El otro día, en clase de literatura, escribimos un pequeño fragmento de lo que significaría despertarse un día convertido en algo que no quieres ser, que tú mismo no has elegido y que te ha venido dado. De alguna forma, esto podría recordarnos a nuestro propio comienzo en el mundo, en el que no podemos escoger de dónde venimos y nos vemos condicionados por ello.
La metamorfosis, representa perfectamente el sentimiento de rechazo por parte, no solo de la sociedad, lo cual podemos esperar, ya que suele ser muy discriminatoria, sino, también, por parte de su familia, sus amigos y de su entorno en general. La mayoría, por suerte, nunca experimentaremos lo que significa verse rechazado por el mundo, sentirnos solos e incomprendidos (como hemos apreciado en otras obras como Frankenstein, de Mary Shelley), todos sabemos lo que supone la soledad, en mayor o menor medida, e incluso lo que es no sentirse entendido por el resto.
Al parecer, hemos crecido en una sociedad empeñada en moldear a las personas, para ajustarlas al modelo más artificioso y llamativo. Cuando la realidad, es que cada uno de nosotros, solo podremos llegar a ser, la mejor versión de nosotros mismos, y no de la versión que otros quieran darnos. Las personas, somos mucho más que nuestra apariencia, en este caso, en el libro de “La metamorfosis”, el protagonista se convierte en un bicho asqueroso y repulsivo, y en muchas ocasiones se nos olvida que debajo de todo eso hay un ser humano. Como Gregorio, que tiene sentimientos y al que le afecta (como a todo el mundo) lo que se piense y lo que crean de él, especialmente, aquellas personas a las que quiere.




“«Gregorio estaba allí y no pensaba ni remotamente en abandonar a los suyos»”





No hay comentarios:

Publicar un comentario