ANA FRANK
Ana Frank, es una niña judía que, durante le Segunda Guerra Mundial, tiene que esconderse para escapar a la persecución de los nazis. Junto con otras siete personas, permanecen escondida en la «casa de atrás» del edificio situado en el canal Prinsengracht n° 263, en Ámsterdam. Después de más de dos años de haber estado ocultos, los escondidos son descubiertos y deportados a campos de concentración. De los ocho escondidos, solo el padre de Ana, Otto Frank, sobrevive a la guerra. Después de su muerte, Ana se hace mundialmente famosa gracias al diario que escribió durante el tiempo en que estuvo escondida.
LA VIDA DE ANA FRANK
Ana Frank nace el 12 de junio 1929, en la ciudad alemana de Fráncfort del Meno, donde la familia de su padre lleva viviendo varias generaciones. Margot, hermana mayor de Ana, es tres años mayor que esta. La crisis económica, el surgimiento de Hitler y el creciente sentimiento antisemita en la sociedad, ponen fin a la tranquila vida de la familia. Otto Frank y Edith, su esposa, deciden (como muchos otros judíos) dejar Alemania.
UNA NUEVA VIDA EN ÁMSTERDAM
Otto puede montar una empresa en Ámsterdam; la familia encuentra una vivienda en la plaza Merwedeplein. Las niñas van a la escuela, Otto trabaja duro en su fábrica y Edith se ocupa del gobierno del hogar. Cuando la amenaza de la guerra en Europa aumenta, Otto intenta emigrar con su familia a Inglaterra o a los Estados Unidos, pero dichos intentos fracasan. El 1 de septiembre de 1939, Alemania invade Polonia. Este es el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
GUERRA EN LOS PAISES BAJOS
Por poco tiempo, se piensa que los Países Bajos no se verán comprometidos en la guerra; sin embargo, el 10 de mayo de 1940, tropas alemanas invaden el país. Cinco días más tarde, los Países Bajos se rinden y el país es ocupado por los alemanes. Poco después, los ocupantes imponen medidas antisemitas. Los judíos tienen prohibida la presencia en cada vez más sitios, Ana y Margot tienen que asistir a una escuela exclusiva para judíos y Otto pierde su empresa.
Cuando fracasa un nuevo intento para emigrar a los Estados Unidos, Otto y Edith Frank deciden esconderse. En la «casa de atrás» del edificio donde funciona su fábrica, Otto prepara un recinto donde esconderse. Para ello, recibe la ayuda de Hermann van Pels (su empleado judío) y de sus empleados Johannes Kleiman y Víctor Kugler.
ESCONDIDOS
El 5 de julio de 1942, llega una citación por correo para Margot Frank: tiene que presentarse en un campo de trabajo en Alemania. Inmediatamente, al día siguiente, la familia Frank pasa a la clandestinidad. Una semana más tarde se agrega la familia Van Pels y, en noviembre de 1942, llega el octavo escondido: el dentista Fritz Pfeffer. Durante más de dos años permanecen escondidos en la Casa de Atrás.
Los escondidos no tienen que hacer ruido, sienten miedo con frecuencia y, bien o mal, tienen que pasar el tiempo juntos. Reciben ayuda de los empleados de oficina Johannes Kleiman, Víctor Kugler, Miep Gies en Bep Voskuijl, de Jan Gies, esposo de Miep, y de Johannes Voskuijl, jefe de almacén y padre de Bep. Estos ayudantes no solo proporcionan comida, ropa y libros a los escondidos, sino que también son su contacto con el mundo exterior.
UN DIARIO COMO LA MEJOR AMIGA
Poco antes de tener que esconderse, Ana recibe un diario personal como regalo de cumpleaños, en el que comienza inmediatamente a escribir. Durante el periodo en que estuvo escondida, Ana escribe sobre lo que ocurre en la Casa de Atrás y sobre sí misma. El diario es un gran apoyo para Ana, quien también escribe en él cuentos cortos y colecciona citas de escritores en su «Libro de Frases Bonitas».
Cuando el ministro de educación neerlandés hace un llamamiento, a través de la radio inglesa, a conservar los diarios escritos durante la guerra, Ana decide elaborar el texto de su diario para convertirlo en una novela a la que llamará «La Casa de Atrás». Ana comienza con la reescritura, pero, antes de terminar es descubierta junto con los demás escondidos, y arrestada.
ARRESTO Y DEPORTACIÓN
El 4 de agosto de 1944, los escondidos son arrestados, junto con los ayudantes Johannes Kleiman y Victor Kugler. Pasando por oficina central del Servicio de Seguridad alemán, la prisión y el campo transitorio de Westerbork [provincia de Drenthe, Países Bajos], los escondidos son deportados a Auschwitz. Los dos ayudantes antedichos son enviados al campo de Amersfoort [Países Bajos]. Johannes Kleiman es liberado poco después de su detención, Víctor Kugler consigue escapar del campo unos seis meses después de haber sido internado en él. Inmediatamente después de la detención, Miep Gies y Bep Voskuijl rescatan las hojas del diario de Ana, que han quedado en la Casa de Atrás. Pese a profundas investigaciones, hasta ahora no ha quedado claro cómo fue descubierto el escondite.
OTTO FRANK REGRESA
Otto Frank es el único de los ocho escondidos que sobrevive a la guerra. Durante su largo viaje de regreso a los Países Bajos es informado de que Edith, su esposa, ha muerto. Aún no sabe nada sobre sus hijas, y alberga esperanzas de poderlas volver a ver con vida. A principios de junio llega a Ámsterdam. Se dirige directamente a la casa de Jan y Miep Gies, con quienes vivirá durante siete años.
Otto Frank intenta dar con sus hijas, pero, en el mes de julio, recibe la noticia de que ambas han muerto en el campo de concentración de Bergen-Belsen, a causa de enfermedades y penurias. Miep Gies le entrega entonces las hojas del diario de Ana. Otto lee el diario y encuentra en él a una Ana muy distinta de la que conocía. Está muy impresionado.
EL DIARIO DE ANA
Ana escribió en su diario que, más tarde, quería ser escritora o periodista, y que quería editar su diario en forma de novela. Amigos de Otto convencen a este de la gran elocuencia del diario. El 25 de junio se edita el diario bajo el título de «La Casa de Atrás», en una tirada de 3.000 ejemplares. Le seguirían muchas reimpresiones, traducciones, una pieza teatral y una película.
Personas de todo el mundo toman conocimiento de la historia de Ana Frank. Durante los años siguientes, Otto Frank contesta miles de cartas enviadas por gente que ha leído el diario de su hija. En 1960, la Casa de Ana Frank se convierte en museo. Otto Frank permaneció vinculado a la Fundación Ana Frank y bregó por los derechos humanos y el respeto entre las personas hasta su muerte, en 1980.
Las frases más hermosas del «Diario de Ana Frank»
- «¡Qué maravilloso es que nadie tenga que esperar un instante antes de comenzar a mejorar el mundo!».
- «Yo sé lo que quiero, tengo un objetivo, una opinión, tengo una religión y amor. Déjame ser yo misma. Sé que soy una mujer, una mujer con fuerza interior y un montón de coraje».
- «No se nos permite tener nuestra propia opinión. La gente quiere que mantengamos la boca cerrada, pero eso no te impide tener tu propia opinión. Todo el mundo debe poder decir lo que piensa».
- «¡Las mujeres deben ser respetadas! En términos generales, los hombres son tenidos en gran estima en todas partes del mundo, así que ¿por qué no pueden las mujeres tener su parte? A los soldados y a los héroes de la guerra se les honra y conmemora, a los exploradores se les otorga fama inmortal, los mártires son venerados, pero ¿cuántas personas ven a las mujeres también como soldados?»
- «Toda persona tiene dentro de él algo bueno. La noticia es que usted no sabe lo grande que puede ser. Cuando se puede amar, ¡Cuánto se puede lograr!».
- «Es difícil en tiempos como estos pensar en ideales, sueños y esperanzas, sólo para ser aplastados por la cruda realidad. Es un milagro que no abandonade todos mis ideales. Sin embargo, me aferro a ellos porque sigo creyendo, a pesar de todo, que la gente es buena de verdad en el fondo de su corazón».
- «Lo que se hace no se puede deshacer, pero se puede prevenir que vuelva a ocurrir».
- «No pienso en la miseria sino en la belleza que aún permanece».
- «Quien es feliz hará felices a los demás también».