No había nadie, no había absolutamente nadie.
Sé que dicen que hay cosas en la vida que es mejor hacer solo...Pero morir no es una de ellas.
Habia reído, llorado, vivido...Con la gente a la que alguna vez había amado pero a la hora de la verdad solo estaba yo...Siempre yo...Acompañado a veces por el recuerdo y abandonado por la compañia. Nacemos y morimos en solitario para compartir aquello que queremos dar de nosotros.
Pero cuando las luces se apagan y el telón baja, somos los únicos en el escenario
La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo.Gustavo Adolfo Bécquer
Muy buenas.
ResponderEliminarEste relato me parece una muy buena explicación de que debemos elegir bien a las personas que queremos en nuestro camino para no acabar como nuestro personaje.
Muy buena obra, enhorabuena.
Alicia Sierra (1ºC)